miércoles, 5 de mayo de 2010

VUELO NOCTURNO

Empezaria diciendo palabras dulces, si a estas alturas pudiera abrir tu mensaje. Lo tengo guardado no solo porque signifique un final como cualquiera, si no que ha sido la envoltura predilecta para una espada filosa que al cortar ya no sutura. Hoy podria esperar una noche como tantas aquellas que dedican los poetas, las que añoran los locos en medio de sus delirios y las que enloquecen los instintos de los vampiros; todo eso seria indispensable, si tan solo pudiera fabricar despierto de nuevo, sueños a color, perderme en la eternidad, viajar hipnotizado y adherido, del sabor de tu cuello terso; si tan solo pudiera fingir besar por lo menos, aquel tinte azul neón, reflejado a contra luz de la tv encendida.
Si cerrar los ojos significara dormir durante el vuelo, no habria necesidad de gastar el futuro escribiendo a la distancia, no importaría que en el pasado ya no existiera un alma ni razones por la cual, haya que compartir un suspiro entre ambos, pero, sin embargo, con el solo monosilabo de tu nombre, a pesar del olvido seguirás siendo tú en la memoria; la misma ninfa inquieta omnipresente, la de corazón grande y pechos diminutos, la de sabor porcelanizado en perfume de primaveras, aquella pequeña dulcinea urbana, la que preserva apretadamente, el húmedo candor labial. Mujer de un solo sueño y unicamente convencida por amor, que ofrecería sin miramientos sus caderas en tierra fértil; Diosa estatua a la lujuria, cúmulos sinuosos que sin ncesidad de posar desnuda, sería capaz de convertir en oro, un desierto al tacto frágil.
Asi es mi vuelo nocturno, taciturno de recuerdos tuyos, mundo de páginas polvorientas y desérticas, productos de una noche triste. No hay lluvia para sentir melancolia, no hay viento para sentir nostalgia, no hay luna para extrañar espacios vacios, pero tampoco estas tú para soñarte en éste, el último vuelo de la noche.

No hay comentarios: